Una sombra gris cubre la
noche. La luna llena acompaña mis pasos. Silencio fecundo, oasis de soledad,
viajero del tiempo, mi compañero. Avanzo, ¿hacia dónde voy?. No lo sé. Me dejo
llevar por el azar, que me entrega a cada instante mi destino. Aprendí que es
mejor no resistiré, como pluma que lleva el viento, así me dejo llevar. Ahora
pienso en ti. Ahora pienso en todo. Y entre tanto me sumerjo en el agua, en busca
de algo que no sé que es, pero que me falta. Y sigo andando por esta noche que
es solo mía y de nadie más. Por este camino, o por aquel. Hay que elegir.
Permanezco inmóvil, quieto. Miro al cielo lleno de estrellas que parpadean, que
me sonríen. Cierro los ojos y las retengo en mi interior hasta que se extinguen
dentro de mí. Abro los ojos, las recojo y las recupero, siguen allí, me siguen
sonriendo. Bajo ahora mi mirada al suelo, y veo que piso la tierra que hay bajo
mis pies, que me acarician y me aminan a seguir andando. Miro a mi alrededor y
veo que hasta en la noche hay vida, me atrevo a decir que más vida que en el
día, donde el sol lo alumbra todo, y da claridad y luz. No se porqué pero elijo
el camino de la izquierda que se pierde en el infinito del horizonte.
vv. 16-09-2008.
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