martes, 24 de diciembre de 2013

En la noche hay vida

Una sombra gris cubre la noche. La luna llena acompaña mis pasos. Silencio fecundo, oasis de soledad, viajero del tiempo, mi compañero. Avanzo, ¿hacia dónde voy?. No lo sé. Me dejo llevar por el azar, que me entrega a cada instante mi destino. Aprendí que es mejor no resistiré, como pluma que lleva el viento, así me dejo llevar. Ahora pienso en ti. Ahora pienso en todo. Y entre tanto me sumerjo en el agua, en busca de algo que no sé que es, pero que me falta. Y sigo andando por esta noche que es solo mía y de nadie más. Por este camino, o por aquel. Hay que elegir. Permanezco inmóvil, quieto. Miro al cielo lleno de estrellas que parpadean, que me sonríen. Cierro los ojos y las retengo en mi interior hasta que se extinguen dentro de mí. Abro los ojos, las recojo y las recupero, siguen allí, me siguen sonriendo. Bajo ahora mi mirada al suelo, y veo que piso la tierra que hay bajo mis pies, que me acarician y me aminan a seguir andando. Miro a mi alrededor y veo que hasta en la noche hay vida, me atrevo a decir que más vida que en el día, donde el sol lo alumbra todo, y da claridad y luz. No se porqué pero elijo el camino de la izquierda que se pierde en el infinito del horizonte.

vv. 16-09-2008.

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