martes, 26 de julio de 2011

El abismo


Respiro aire ardiente en una carretera gris,
acaso me quema la vida en esta línea sin horizonte;
busco en el cielo, y un agudo reflejo me atraviesa el iris;
todo acontece, y persiguo la estela fija, lo fugaz de aquel alto monte.
Cabalgo con desconsuelo en este auto, de un lugar a otro,
que cerca estoy de lo desconocido, allí está mi ansiada espera;
si resbusco en mis recuerdos, te encuentro
como espejismo azulado de un ayer de cera.
Tras tu pista marcho, y un misterio desconocido,
en la penumbra de aquel fin del mundo me espera;
con su cuchilla afilada, me aguarda escondido;
en aquel lugar irreal, como un ahogado en el abismo, me hundo.
Rueda diligente que me atropella, gira sin cesar
en este largo dia que marcha sin espera;
mis ojos cansados y tristes, reucerdan el pan que queda por amasar;
aguardo con anhelo el arroyo que me espera, en la alameda de la ribera.

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